Quizá sea una persona que piense que está haciendo bien o que actuando así con los empleados consigue mucho más, pero la realidad es que el rendimiento tiende a ser menor, el clima laboral malo y los empleados se sienten desgastados y con ganas de encontrar un trabajo mejor. Y todo esto incluso en el trabajo del sueño de cualquier persona, en algo que siempre habían deseado hacer.
Un jefe tóxico puede ser un jefe que:
- Grita. Grita mucho. No trata con respeto a sus empleados. Piensa que la mejor forma de que rindan es gritándoles y haciéndoles ver que pueden hacerlo mejor.
- Ni comunican ni saben comunicar. La comunicación interna, como la externa, es muy importante en las empresas, y aún hay personas que no lo saben.
- Piensa que lo importante son los títulos y se lo restriega a quien puede.
- Es autoritario, piensa que siempre tiene la razón, quiere imponer su propio criterio.
- Crea ansiedad y miedo en sus empleados.
- Actúa a la defensiva, incluso cuando le hacen buenas sugerencias de mejora.
- No es de confianza. No cumple lo que promete.
- Es irresponsable.
Cómo actuar si tu jefe es así
La mejor forma de actuar ante un jefe tóxico es evitar discutir con él y caer en provocaciones, unirse con los demás compañeros para apoyarse mutuamente y conocer cómo funciona para saber cómo aprovecharlo. Utiliza todos sus aspectos negativos a tu favor e intenta conocer qué tipo de jefe tóxico es, las razones que lo llevan a ello y qué puedes hacer para aguantar sin que te afecte.Intenta ser una persona positiva, no tomarte a lo personal cómo actúa el jefe, y sentirte bien dentro de lo que cabe. Porque la actitud va a ser tu fiel compañera mientras esa situación dure.
Por supuesto, todo esto no pasa por dejarse humillar, recibir golpes o aguantar más allá de los propios límites. En caso de sospechar que no se va a poder más se debe ir buscando un nuevo trabajo. Cuando el jefe es el dueño de la empresa o una persona que consideran imprescindible de poco sirve aguantar a ver si se va o lo echan.